Mininter: 8 ministros al año … 7 en 8 meses

El Ministerio del Interior es uno de los sectores estratégicos para el país, no solamente se encarga de la lucha contra la delincuencia común y organizada, sino también de mantener el orden interno, designar y remover a las autoridades políticas (Prefectos y Subprefectos). La Policía Nacional es la primera línea de defensa ante situaciones de peligro o catástrofe. Por ejemplo, en este tiempo de pandemia ha tenido una importante actuación no solamente preservando el orden sino también cooperando con aquellos que así lo han requerido.

Durante las últimas semanas y a raíz de la trágica muerte de dos personas en las marchas que encumbraron al Sr. Sagasti como presidente interino, se ha podido ver una campaña de desprestigio contra nuestra PNP surgida de algunos sectores políticos, lo que ha generado un menoscabo en su imagen al tratar de responsabilizarlos directamente por la muerte de las dos personas señaladas, aun cuando las investigaciones recién están en proceso.

Dicha situación aunada a ciertas denuncias por malos manejos administrativos (compras sobre valoradas de alimentos y equipos de protección personal) durante la pandemia, hicieron que desde el gobierno se tomen decisiones drásticas, aunque al parecer poco informadas.

En efecto, a sugerencia de quien fuera el Ministro del Interior, Rubén Vargas, se destituyeron a 18 Generales quebrando la línea de sucesión de mando, lo que generó las airadas protestas de oficiales en actividad y en retiro, de ex Ministros del Interior y de un sector político. El Gobierno en esta ocasión no encontró respaldo en la prensa, tan proclive al gobierno de turno, ni en un grupo de Constitucionalistas que siempre defiende las decisiones de gobierno.

A medida que se aproximaba la fecha para ir al Congreso a pedir el voto de confianza, la crisis iba escalando, incluso se anunció la posibilidad de una huelga policial, lo que provocó al final la renuncia del ministro Vargas a efectos de no convertirse en un obstáculo para que el gabinete logre la investidura. Días después, el propio Presidente de la República afirmó en una entrevista que las decisiones de destitución de los Generales había comprometido a algunos que no tenían indicios de corrupción y que el nuevo Ministro estaba pensando en que podrían contribuir en su gestión.

Es decir, justos pagaron por pecadores y además se ensució la honra de estas personas, así de sencillo y sin mediar las disculpas ni resarcimiento alguno. Solo en nuestro país puede ocurrir tamaño abuso, y no encontrar respuesta de los defensores de los derechos humanos.

Desde esta columna hemos podido obtener información acerca que varios de los Generales destituidos han presentado recursos ante el Poder Judicial y que como ha ocurrido en ocasiones anteriores es muy probable que sean restituidos, incluso el ex Ministro sucesor de Vargas, el Gral (r) Cluber Aliaga también había pasado por un proceso similar.

Lo cierto es que hoy, con un tercer Presidente en ejercicio durante el presente año, tenemos que en MININTER se ha tenido, solo durante el 2020 un total de 8 Ministros y si consideramos que el ex Ministro Morán (al que los apristas tildan de gran traidor porque luego de haber sido de confianza de Alan García se convirtió en uno de sus más encarnizados perseguidores al frente de la DIVIAC), estuvo hasta el mes de abril y luego retirado por graves denuncias de corrupción durante su gestión, se ha tenido un total de 7 ministros en 8 meses. Con esta rotación como se espera que haya una conducción acertada de esta estratégica cartera.

Hace pocas horas se ha designado a un nuevo Ministro. José Elice, una bien intencionada persona conocida en el mundo parlamentario, constitucional y de cierto sector de la gestión pública, pero que pareciera ser un parche de última hora ya que su principal experiencia la ha desarrollado en el Congreso y en el ámbito académico, y que hasta hace unas horas era Secretario de Palacio de Gobierno.

Hacemos votos para que su gestión sea estable y exitosa, sin embargo, la historia nos dirá si esa decisión no fue la más correcta y se siga acrecentando esta crisis política e institucional, sobre la cual el actual gobierno pareciera no tener los reflejos necesarios.

El tuku

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