Vacancia, incertidumbre y unidad

Como lo veníamos anunciando semanas atrás, la contundencia de las pruebas en su contra y la soberbia de Vizcarra, al fin le costaron que el Congreso declare su vacancia y tengamos un tercer presidente en el presente quinquenio.

Vizcarra tuvo una oportunidad de oro de poder lograr consenso político luego del cierre -ilegal a nuestro juicio- del anterior Congreso y tener un parlamento de transición con figuras políticas de fuste. Sin embargo, al igual que con el anterior, inició una lucha por imponer sus ideas e iniciativas y menospreciar la posición del Legislativo, lo que poco a poco generó un quiebre en sus relaciones.

Aunado a ello, con resultados favorables de las encuestas (por cierto, realizadas por empresas proveedoras del Estado), el haber superado un primer pedido de vacancia, el sentirse respaldado por “su” bancada morada, algunos tibios opositores sin decisiones firmes, y un pacto no expreso, pero políticamente conocido con Alianza Para el Progreso, hicieron que su soberbia se exprese al manejar pésimamente esta crisis política, a la cual se le pudo buscar una mejor salida. Hoy le tocará afrontar sus problemas judiciales sin la autoridad del cargo y ojalá sin el apoyo de una parte del Ministerio Público.

Pero al día de hoy, ya las cosas se consumaron abrumadoramente por 105 votos de casi todas la bancadas políticas. De acuerdo a nuestro orden constitucional, en caso de vacancia de la presidencia, y a no haber vicepresidentes que lo sucedan, asume el Presidente del Congreso; son las reglas del juego democrático establecidas en nuestro país, y los ciudadanos que creemos en el sistema, nos toca aceptar tal decisión, nos guste o no.

Por ello, deploramos actitudes matonescas como las de un energúmeno que de manera artera y traidora le propinó un golpe a un congresista sexagenario que brindaba declaraciones a la prensa. Inexplicablemente esta actitud ha tenido respaldo de un grupo de la ciudadanía. ¿Qué nos pasa? ¿En qué sociedad de mierda vivimos?

Además, otros políticos oportunistas queriendo ganarse alguito, de manera irresponsable y delincuencial hicieron un llamado a una resistencia ilegal tomando la calle y desatando hechos de violencia. Ellos deben responder por las consecuencias nefastas que esto puede traer más aun pudiéndose provocar una ola de contagios Covid en las aglomeraciones que las marchas producen.

Mientras tanto, esperamos que el nuevo gobernante tome las decisiones más adecuadas para nuestro país. Toca conformar un gabinete ministerial que brinde tranquilidad al país, garantizando un manejo serio y responsable del país, y afrontando los siguientes puntos de agenda:

Primero continuar la lucha contra la pandemia Covid 19, analizando la idoneidad de las estrategias hasta ahora empleadas y propiciando la participación de los mejores científicos y epidemiólogos, sin mirar su color político. La pandemia no ha terminado y su tratamiento no debe pasar a un segundo plano. Descuidar este aspecto sería el peor error que podemos cometer, si no, miremos a Francia e Italia ahora.

En segundo término, abordar la profunda crisis económica en la que nos encontramos y que ha significado volver a caer en pobreza y la pérdida de millones de puestos de trabajo. Los esfuerzos han sido importantes, pero los resultados aun denotan que éstos son insuficientes

Finalmente, garantizar el cumplimiento estricto de elecciones limpias y transparentes, en las que tal vez, por un acto de decoro -tan ausente en los tiempos políticos actuales- el partido Acción Popular debería inhibirse de participar. El Perú necesita estar unido. Basta de seguir enfrentados entre peruanos cuando se requiere del esfuerzo conjunto de todos para salir adelante.

El tuku

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