La leyenda del Ichik-Olljo
Hace muchos años en el Callejón de Huaylas, las familias se reunían al finalizar la tarde para compartir el ultimo alimento del día, aprovechando los últimos rayos del sol que se escapaba por el oeste. Eran tiempos donde aun no existía la televisión, solo existía la radio que, dependiendo de los factores climatologicos, a veces podían captar señales débiles, por lo que era mas conveniente apagarla para ahorrar las valiosas pilas.
En esas reuniones, marcadas por el café de cebada, los panes de trigo acompañados por un generoso queso, los abuelos o padres, tal como lo hicieron sus antepasados con ellos, contaban a los mas pequeños de la familia: leyendas, mitos y otros relatos cargados de misticidad. Dentro de todos esos relatos, había un personaje clásico: El Ichik-Olljo, un duende que tenia una extraña debilidad por mujeres y niños a los cuales atraía de un modo muy particular.
En base a este personaje se han tejido muchas «historias» con distintas variantes. Incluso muchas personas han afirmado haberlo visto, muchos otros creen que aun andan por ahí al acecho esperando el mínimo descuido. Nosotros desde acá, no encontramos motivos para no creerles, por lo que invitamos a usted querido lector a que saque sus propias conclusiones; pero eso si, tenga mucho cuidado al andar solo cerca de un manantial, porque como bien dicen por ahí: todos tenemos un niño dentro.
Por otro lado, es innegable que las tradiciones de muestra región expresadas en leyendas, mitos y/o relatos se han ido perdiendo a través de los años, por lo que pedimos tu apoyo compartiendo este contenido, de esa manera nos ayudas en la tarea de difundir nuestra cultura e identidad.
A continuación, el relato sobre el Ichik-Olljo recogido por Cesar Ángeles Caballero.
La leyenda del Ichik-Olljo
Este ser extraño, motivo de leyenda, vive aun en las metes de los pobladores del Callejón de Huaylas. Pertenece al pasado y al presente, y es seguro que en el futuro ha de vivir muchos años, pues se asegura que es inmortal.
Es un hombrecillo de hermosa y suave cabellera rubia, o de tono dorado, casi blanquecino, encrespada, abundante, aunque bastante corta. Sus ojos son grandes, vivos y hermosos. el rostro es casi infantil y lleno de atractivo. todo su cuero es transparente, tenue y lleno de vivacidad. Camina agilmente y con mucha gracia.
El Ichik-Olljo vive en los manantiales o en las caídas de agua, donde en algunas oportunidades, puede observarse un pequeño túnel: es la entrada a su palacio que, según se dice, esta lleno de piedras preciosas y joyas de incalculable valor. Cuando sale de el, lleva un pequeño tamborcito, el que toca suavemente para atraer a las criaturas y mujeres solas.
Cuando las mujeres cae en poder del Ichik-Olljo, llegan a tener hijos semejantes a su progenitor: la tez excesivamente blanca, el cabello rubio, ágiles y hermosos, cuando niños. Sin embargo, ellos continúan siendo seres corpóreos.
En cambio, los niños que, atraidos por el sonido del tamborcito, caen en poder de este duende, son transformados en otros seres incorporeos, semejantes a el.
Por esta razón, las mujeres solas y los niños temen acercarse a los manantiales, arroyos o caídas de agua.
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