Muertes absurdas
Esta semana la noticia que ha ocupado primeras planas ha sido la fatídica muerte de trece personas en Los Olivos, Lima. Personas que, desafiando toda norma de distanciamiento social y a minutos del denominado toque de queda, se encontraban en una fiesta clandestina bailando y libando licor, consecuencia: muertes absurdas.
Muertes absurdas por donde se analice: muertes producidas por la falta de conciencia sobre lo que el país vive hoy en día; no solo por la creciente cantidad de contagios por Covid y las consecuentes defunciones que ello genera; y por el duro impacto en nuestra economía que algunos entendidos han denominado el final de una época de crecimiento, ya que se proyecta el crecimiento de la pobreza y la pérdida de empleos, a agosto ya van más de seis millones de despidos y emprendimientos truncos.
Absurdo por la falta de inteligencia y táctica en un operativo policial plagado de inconsistencias. Absurdo por la falta de fiscalización de una Municipalidad que por lo que se ha señalado, conocía de la existencia de este local hace bastante tiempo y no hizo nada por cerrarla. Solo con verificar que la puerta de escape abría hacia adentro era suficiente para clausurar el Thomas Restobar por incumplimiento de las normas de Defensa Civil. Y la respuesta de su alcalde, realmente de terror, ya que ha señalado que duerme temprano y hace su trabajo vía remota.
Y en Huaraz ¿qué está sucediendo?, lamentablemente pareciera que la falta de toma de conciencia continúa. En el barrio de Shancayán se reportan detenciones de personas que infringiendo el aislamiento social estaban reunidas y tomando licor. ¿Estará la Municipalidad fiscalizando zonas como “Barranquito”? ¿o las cantinas cercanas al cementerio?. No quisiéramos que una tragedia similar a la ocurrida en Los Olivos enlute a nuestra tierra, pero sobre todo, reiteramos el llamado permanente a la toma de conciencia para respetar el distanciamiento social.
Me cuentan que recién ahora, más de una semana después que el Gobernador Morillo fuera internado y trasladado a Lima; se ve en el Consejo Regional la encargatura de éste. Es decir más de diez días la región acéfala. ¡Vaya autoridades!, un poquito de sentido de la urgencia les vendría muy bien.